lunes, 18 de enero de 2016

Bichos!!!

Esta mañana, siguiendo las instrucciones de Gabriel, fui primero a un vivero común a comprar 2 bolsas de tierra grandes, y de ahí partí a la reserva de Vicente López. Con toda la intención de volver con alguna plantita nativa.

Esta reserva no puede vender plantas, por eso, el sistema es el trueque. Llevás algo, por ejemplo tierra negra, y a cambio, te pueden dar alguna planta.

La realidad suele ser diferente a lo planeado.
Me pasé gran parte de la mañana seleccionando las plantas que quería conseguir en la reserva, y que no había encontrado en la otra reserva, en la de Acassuso.
Así que, con la ayuda de los marcadores de Ina, estuve largo rato eligiendo. Primero en papel (hoy quería ver sólo hierbas, no arbustos ni árboles), y después googleaba cada especie para ver cómo se veía, y si me gustaba o no. 

Ya en la reserva, me atendieron muy amablemente.
Mi instructor esta mañana fue Alejandro. Y acá, se me volvió a nublar el panorama.
Según me estuvo explicando, lo mejor que nos puede pasar en un jardín de nativas, es ¡tener bichos!!!
Sí, no sólo que las plantas se vean comidas por algún bicho nativo, sino que veamos los bichos circular por ahí. Porque esa oruga será mañana una mariposa, y ese insecto es a su vez alimento para tal ave, y... , así funciona de manera óptima el ecosistema.

Cada vez, más lavado de cerebro.
Por momentos, me parece que mi jardín va a verse... ¡desastroso!
Pero me va quedando claro que, feo y todo, habré contribuido al menos a disminuir en algo el calentamiento global, o a cuidar el planeta. O a lo que sea.
De última, como me dijo Maggie, si no funciona, dinamitamos todo y volvemos a empezar!!
(Esperemos que no sea el caso...)

Lo otro es que, por más listas que yo tenía, las plantas que podía conseguir eran las que había, en su gran mayoría, no mucho que ver con lo que yo había seleccionado en papel.
Pero a esta altura, ya voy teniendo más cintura. Lo que hay es lo que hay. Y muy bienvenido que es!

Acá va el resultado de esta jornada de trabajo de campo.
Suspiro (oenothera finis). Se reproduce por semilla, puede andar en el techo verde, tiende a "acostarse" sobre el piso, y le dicen también algo como flor de oración.

Chilca de olor (eupathorium iniliflolium).
Esta venía con orugas. Que a esta altura son casi mis mejores amigas.
Acá, detalle de las orugas (que mañana serán mariposas). Se ven 3 arriba, a la izquierda, y una abajo, a la derecha:

A continuación, sangre de toro (rivina humilis). Para media sombra:
Esta sí era de las que yo quería!! Al menos una conseguí!!
Glandularia platensis:
En la reserva de Acassuso no compré ninguna buddleia porque estaban llenas de moscas blancas grandes.
Acá también, pero ya se me había lavado el cerebro. Así que me traje una, con mosca blanca gigante y todo.
Ver mosca blanca a la izquierda  oruga subiendo por el tallo:
Más en detalle, la oruga:
Camambú (physalis viscosa). Es una solanácea, de fruto comestible.
También podría andar en el techo.
Notar que viene con un yuyo adicional, un pasto que podría ser cortadera.
Por las dudas, todavía no lo arranco:

Begonia cucullata. De esta, Alejandro me había dado 2. Pero en un ratito de estar en mi jardín, ya me quedó una sola. La tortuga o algún pájaro, me decapitó la otra.
En principio, con Chalo habíamos descartado las begonia porque no nos gustaban demasiado. Pero en el vivero, estas nativas me parecieron lindas y las traje.
Pero si duran tan poco, no les veo mucho futuro en mi jardín...:
Por último, oplismenum hirtelium (o algo parecido). Nombre común, pasto de la selva. Para media sombra:

Me olvidaba! Alejandro también me regaló semillas de paspalum hiumani, que había estado cosechando esta mañana.
Irán directo a un almácigo!







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